El punto de partida de la escultura responde, debido a la ubicación del parque (Costa Verde), a un interés en generar tensión con otros dos objetos de gran escala y carácter simbólico, como son la cruz del Morro Solar y el faro de Miraflores, a fin de unificar el litoral limeño. Esta relación busca integrar, conectar, acercar, estos tres referentes mediante sus características más resaltantes: su simbolismo y su función de lámparas nocturnas. Analizando cada monumento podemos interpretar su simbolismo y función lumínica. En la cruz del Morro Solar, claro símbolo religioso, la luz se emplea como un objeto de admiración, debido a su potencia; mientras que en el faro de Miraflores, símbolo de guía para la navegación, la luz es empleada como una herramienta. Debido a que la escultura debe ser básicamente un elemento artístico, nuestra propuesta busca simbolizar el arte a través de un volumen puro como logro del ser humano en la búsqueda de la belleza. Dicha intervención humana es afectada por la naturaleza mediante un haz de luz, que parte el volumen generando una grieta. Formalmente, durante su trayectoria hacia el suelo, esta grieta va variando sus dimensiones y direccionalidad, generando en su recorrido distintas sensaciones, para que finalmente al llegar a la base tome las dimensiones necesarias para poder hacer de la escultura un objeto atravesable. Esta grieta de luz se vuelve parte de la escultura, potenciándola al emplearla como experiencia, logrando a su vez generar una tensión con los otros dos objetos de la costa verde, debido a su condición de lámpara nocturna.
Proyecto conjunto con los arquitectos Francesco Raggio y Christopher Schreier
premio: mención honrosa